Pinchos 01010000 01101001 01101110 01100011 01101000 01101111 01110011

LOS SUEÑOS SON MENSAJES DESDE LAS PROFUNDIDADES

Aquí recopilo pinchos de datos, que pueden contener mensajes míos o haberse redactado por otras personas.

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Agosto de 2025

defensa-procrastinacion.txt En defensa de la procrastinación , publicado por Ricardo Dudda en la revista Ethic el 20 de mayo de 2025.

La procrastinación no es pereza. Surge, según John Perry, del perfeccionismo. A veces uno pospone una tarea porque quiere que salga a la perfección.

Tenía muchas cosas pendientes que hacer, por eso me puse a leer The art of procrastination de John Perry. Lo tenía comprado desde hace meses, pero lo saqué de la estantería tras leer una columna de Delia Rodríguez en El País sobre los influencers en redes obsesionados con la productividad. Se centra en una usuaria de TikTok, Christi Newrutzen, que es lo contrario a esa lógica tan productivista. «Su misión es confesarnos cuánto tiempo ha estado aplazando una tarea, ponerse a ello delante de nuestros ojos y decirnos después cuánto ha tardado», escribe Rodríguez. «Ordenar la despensa: un año de procrastinación, 27 minutos de trabajo. Organizar esos cajones de la cocina: año y medio de pereza, listos en 31 minutos. Llamar al dentista: tres años evitándolo, resuelto en 9 minutos». Me sentí identificadísimo.

La teoría de John Perry en su librito no es muy diferente a la de la influencer Christi Newrutzen. Ambos buscan acabar con la culpa del procrastinador y promover la autocomprensión. The art of procrastination no es un libro de instrucciones ni de productividad, como Hábitos atómicos y demás obras célebres. Está lleno de pequeños descubrimientos, no de grandes epifanías ni de métodos infalibles.

Perry dice, por ejemplo, que es un «procrastinador estructurado: una persona que consigue hacer muchas cosas dejando de hacer otras». E invita a otros procrastinadores a que no se sientan tan mal: muchas veces hacemos cosas interesantes mientras evitamos hacer las importantes. Es posible que a tu jefe no le sirva como excusa. Pero Perry no defiende la pereza ni la negligencia. Lo que dice es que «una vez que nos damos cuenta de que somos procrastinadores estructurados, no solo nos sentimos mejor con nosotros mismos, sino que también mejoramos algo nuestra capacidad para hacer las cosas, porque, una vez que se despeja el miasma de la culpa y la desesperación, comprendemos mejor qué nos impide hacer esas cosas».

La procrastinación no es pereza. Surge, según Perry, del perfeccionismo. Me volví a sentir identificado. Ser perfeccionista no es la virtud que parece; no es lo mismo hacer las cosas bien que desear que salgan perfectas. A veces uno pospone una tarea porque quiere que salga a la perfección. Y para que salga perfectamente se han de dar unas condiciones ideales. Llevo meses queriendo escribir un libro. Lo postergo y postergo y postergo esperando a las condiciones adecuadas. Quizá cuando termine esta pila de tareas pendientes, una pila que obviamente acaba siempre renovándose con nuevas tareas. Quizá cuando me compre el nuevo ordenador, o una silla más cómoda. ¿Y si me compro un monitor grande para el escritorio y así me motivo? O quizá lo que tengo que hacer es irme a una casa rural remota durante dos semanas. Como nunca se da la situación adecuada, me hundo en la parálisis. La lección de Perry es que es mejor hacer algo que no sea perfecto que no hacer nada. Porque luego, además, el resultado nunca es tan malo como uno pensaba. Y, sobre todo, los demás casi nunca se enteran.

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Marzo de 2025

lagrimas-en-la-lluvia.txt Monólogo final del replicante Roy Batty en la película Blade Runner, en 1982.

Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia.

Es hora de morir.

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The male loneliness epidemic is a self-pitying problem and there's an easy solution. Usuario de Reddit, 14 de marzo de 2025

I'm a man in my early 30s. I don’t have anything particularly special going for me—no insane social skills, no high-status career, no crazy hobbies that make me a magnet for conversation. The only thing I can say I do differently than a lot of lonely men is engage with people out of curiosity rather than desire.

The issue with male loneliness isn’t some massive cultural shift that has made people averse to men in public. It’s not that society has abandoned men—it’s that many men have abandoned society by narrowing their social focus to only one goal: romantic validation.

I see this all the time. Guys claim that no one wants to talk to them, but what they really mean is: "Attractive women aren’t engaging with me."

These same men often ignore entire categories of social opportunities—talking to older people, engaging with other men platonically, striking up casual conversations with strangers just to connect. If the only people you try to talk to are women you find attractive, of course you’re going to feel isolated. That’s not loneliness; that’s self-inflicted social starvation.

Men who constantly claim that "no one wants to talk to them," ask yourself: When was the last time you made conversation with someone without an ulterior motive? Do you engage with people who don’t directly serve your personal interests? Have you made any effort to contribute to a community rather than expecting one to embrace you?

The men who actually go out into the world with an open mind and a willingness to engage—rather than just seeking validation—don’t seem to be the ones complaining about loneliness.

If your entire social strategy revolves around being "wanted" rather than wanting to engage with the world, you’ll always feel lonely. And that’s not a societal problem. That’s a you problem. If you are lonely—truly lonely, not just horny and starved for romantic affection—go outside and talk to people. It's really that simple.

Enero de 2025

¿Explotó la burbuja de la IA? - Opinión Redactado el 29 de enero de 2025 a la 1:43 AM CET

Aunque parezca que la burbuja de la inteligencia artificial haya explotado con el desplome de las corporaciones tecnológicas americanas por la salida de DeepSeek "DeepThink (R1)", no es cierto.
DeepSeek, iniciativa (startup) de origen chino, ofrece distintos modelos conversacionales. DeepThink (R1) es la IA de razonamiento que se equipara a los modelos más potentes de OpenAI (o1, o3) pero de código abierto, gratis, y con un costo de la API infinitamente más barato.

Estamos ante la carrera espacial del siglo XXI. Sin embargo, en vez de querer llegar a la Luna, lo que se pretente es conseguir ser la empresa con el mejor modelo de IA del mercado.
Pero aquí hay planes en los planes. La clave no es tener el mejor modelo ahora, porque mañana saldrá otro mejor de la competencia. La cuestión es si eres capaz de ofrecer dicho servicio de forma perpetuada en el tiempo, sabiendo que el acceso a estas herramientas y su demanda irá aumentando cada vez más con el paso de los años.
El factor determinante es la capacidad de cómputo, y, si OpenAI es capaz de pagar toda la inversión en centros de computación y hacerse con la hegemonía de IA (y futura IA General), habrán ganado la carrera.